lun. May 6th, 2024

Sergio Ramírez: “La literatura es un desafío para toda la vida”

El escritor nicaragüense Sergio Ramírez, quien cumple 77 años este lunes 5 de agosto, estuvo de visita en Colombia el año pasado para presentar su novela, “Ya nadie llora por mí”.

El escritor nicaragüense Sergio Ramírez, quien cumple 77 años este lunes 5 de agosto, estuvo de visita en Colombia el año pasado para presentar su novela, “Ya nadie llora por mí”.

Sergio Ramírez habló de sus deudas literarias con el autor de Don Quijote y con Rubén Darío al recibir el Premio Cervantes.Afp

“Sentí en la memoria el sol tórrido y vi los altos volcanes, los lagos de agua azul en los antiguos cráteres, así vastas tazas demetéricas como llenas de cielo líquido”, (Darío, 1909). Esto dijo Rubén Darío sobre Nicaragua, país que nos ha dado grandes maestros de la literatura en español, desde Ernesto Cardenal hasta Claribel Alegría, pasando por Gioconda Belli y el más reciente Premio Cervantes, Sergio Ramírez, quien vino a Bogotá para dejarnos algo de su sabor centroamericano.

Con su caminar de mito viviente, de hombre que luchó con sus ideas como arma esencial contra los Somoza e hizo parte de la revolución de un pueblo que buscó su libertad, Ramírez vino a hablarles a los estudiantes con la fuerza de su voz sosegada. La misma con la que intercambió ideas junto a cercanos amigos como Julio Cortázar, Juan Rulfo, Eduardo Galeano, José Donoso y Gabriel García Márquez. El año pasado, el Premio Cervantes llegó a su vida y no lo cambió ni un ápice. No importa si nadie o el cielo lloran, pues uno de sus más exquisitos personajes, Dolores Morales, miembro de esa cofradía de antihéroes de la novela policiaca latinoamericana conformada por Héctor Belascoarán Shayne, Edgar “El Zurdo” Mendieta, Mario Conde, “Coyote” y Heredia, ha regresado desde Managua para alojarse en nuestras bibliotecas y así mostrarnos otra latinoamericana forma de morir. A través de su incursión en el género negro, reconocemos el clima de corrupción y conflicto común a nuestros países, de la mano de cierto surrealismo de hechos que parecieran pertenecer a la ficción. El poder como titiritero del crimen y la suciedad política sazonan sus letras, haciendo de sus textos obras magníficas del género, demostrando que está más vivo que nunca.

¿Qué lo motivó a hacerse escritor? ¿Cuáles son las lecturas que más recuerda?

La necesidad, realmente. Uno elige contar historias porque siente que algo lo motiva desde adentro… Cuando me preguntan cuál fue el primer libro que leí, generalmente respondo que todos los de Salgari o los de Robert Louis Stevenson. Pero lo cierto es que no los leí, sino que los oí. Soy hijo de aquella generación criada con la radio. Aprendí a tener una cierta atracción por las voces, más que por las registradas en lo impreso. Luego, cerca de la adolescencia, comencé a leer en forma, especialmente a Alexandre Dumas. El conde de Montecristo fue para mí una lectura fundamental, quizá al mismo nivel de lo que llegó a significar después Antón Chéjov, que me permitió entrar a un mundo del que ya no he vuelto a salir y del que me siento muy complacido.

¿Cuál es el significado que la literatura tiene para usted?

Es un oficio vital. No lo sustituiría por nada. Para mí, es una necesidad, algo sin lo que no podría vivir. Lo es todo.