mié. May 8th, 2024

Una sociedad machista que sexualiza o cosifica el cuerpo de la mujer

Robin García

Por: Robin García

Muchas personas van en contra de la sexualización de la mujer, que se le trate como un objeto, que la cosifiquen y que se le degrade.

La real academia define la palabra “sexualizar” como: “conferir carácter o significado sexual a algo”. En este caso, conferir carácter sexual al cuerpo de la mujer. El cuerpo de la mujer al igual que el de los hombres es sexual, también el de todas las criaturas menos las que se reproducen por esporas.

Ser hombre o mujer, no solo determina la forma de nuestro cuerpo, también la forma de pensar, de sentir, de relacionarnos con los demás, etc. Somos seres sexuados desde que nacemos hasta que morimos, y no solo en relación a la cópula o la reproducción, sino que también somos sexuados para ir a la universidad, para lavarnos los dientes, hasta para dar los buenos días al señor o la señora de la tienda.

El sexo está ligado a un placer muy concreto, especial e intenso, por lo tanto no podemos caer en la demoniciación del mismo. Todos los cuerpos son bonitos, atractivos, con una forma determinada tanto de los hombres como el de las mujeres. Así que es natural que el ser humano se sienta atraído por un cuerpo y es normal que se note.

Es normal ver unas caderas hachas, los senos, al igual que los brazos, y no es necesario mostrar los atributos que se tiene, ni mucho menos a quien no se han ganado el privilegio de ver.

Para muchas personas el machismo y el patriarcado son modelos mentales que se han encargado que la sociedad sexualice los cuerpos de las mujeres, creando un sistema de valor solo por cómo se ve físicamente. Sin embargo, somos sexuados por naturaleza e inclusive mas allá del cuerpo. Así que nadie es inferior, es la naturaleza, así nos hizo nuestro creador.

Lo que denigra es la cosificación, la fornicalización, el sustrato de material del sexo. Que tomen como objeto el cuerpo, que violen, que haya una insdustria que los explote como a cerdos. A ello se suman hombres y mujeres que con sus comportamientos o intereses particulares, opacan la lucha de quienes han sido degradados, ultrajados o hipersexualizados sin la mínima intención de dar, atraer o mostrar sus atributos a quien no merece ese privilegio.